(ESP. Barcelona, Lunwerg. 2011)

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  • 23 octobre 2011
    Bernard Delhomme

    Este libro nos revela una forma distinta de ver el Camino : desde el mar, desde la perspectiva de aquellos intrépidos viajeros que afrontaban los peligros de los viajes marítimos con la única finalidad de orar ante los restos del santo apóstol, custodiados en Santiago de Compostela. Procedían de todos los puntos costeros de Europa. En los puertos de Portugal, Italia, Francia, Inglaterra, Alemania, Holanda y los países nórdicos tenían su origen ; su bagaje, la fe cristiana que invadía lo sociedad en la que vivían ; su medio de transporte, los barcos y navíos que desde antiguo surcaban, por un lado, un océano tan peligroso como el Atlántico y, por el otro, un mar tan conocido como el Mediterráneo. Todas las naves confluían en un mismo lugar, Galicia, y con un mismo objetivo : lograr la intercesión del apóstol. Las peregrinaciones influyeron notablemente en el arte de navegaar, tal y como en la Antigüedad lo habían hecho el comercio y las conquistas de nuevos territorios, Santiago y su símbolo más universal, la concha venera, fruto del mar, son buena prueba de ello.

    INDICE :

    • Introducción
    • La translatio, el preámbulo de un sueño :
    • La navegación de San Brendán
    • La moneda y la Translatio

    Desde las islas británcas :

    • La peregrinación a Santiago. La conquista de Lisboa y la Segunda Cruzada
    • La Guerra de los Cien Años y el Camino de Santiago

    Desde Francia y los puertos cantábricos : La Ruta de la Costa :

    • Barcos y puertos del Cantábrico
    • Piratas

    Desde los países del norte de Europa :

    • Los vikingos y sus barcos
    • La Hansa y sus barcos

    Otros caminos :-Desde los países mediterráneos : Italia y el Camino del Ebro : Barcelona, puerto de peregrinos

    • Desde Portugal : El Mediterráneo y la salida al Atlántico

    Bibliografía
    The Way to Santiago de Compostela by Sea
    Créditos fotográficos

  • 23 octobre 2011
    Bernard Delhomme

    Los caminos de la mar a Santiago de Compostela nos revela una forma distinta de ver el Camino : desde el mar, desde la perspectiva de aquellos intrépidos viajeros que afrontaban los peligros de los viajes marítimos con la única finalidad de orar ante los restos del santo apóstol, custodiados en Santiago de Compostela.

    Procedian de todos los puntos costeros de Europa. En los puertos de Portugal, Italia, Francia, Inglaterra, Alemania, Holanda y los países nórdicos tenían su origen ; su bagaje, la fe cristiana que invadía la sociedad en la que vivían ; su medio de transporte, los barcos y navíos que desde antiguo surcaban, por un lado, un océano tan peligroso como el Atlántico y, por el otro, un mar tan conocido como el Mediterráneo.

    Todas las naves confluían en un mismo lugar, Galicia, y con un mismo objetivo : lograr la intercesión del apóstol. Las peregrinaciones influyeron notablemente en el arte de nevegar, tal y como en la Antigüedad lo habían hecho el comercio y las conquistas de nuevos territorios. Santiago y su símbolo más universal, la concha venera, fruto del mar, son buena prueba de ello.